CORREDOR TURÍSTICO DEL DIOS SOL VARÓN

El proyecto del Corredor Turístico Mirador Piedra del Dios Sol Varón impulsa el turismo comunitario regenerativo, diseñando, desarrollando y construyendo una ruta turística que transforma, cura, reactiva y rehabilita espacios comunitarios en los barrios Altos de la Florida, Piedras Blancas y Villa Garzón. Se identifica y reconoce la memoria del lugar, empezando con los procesos y acercamientos desarrollados por Tejido Diagonal en la comunidad. 

Estas actividades permitieron reconocer el patrimonio autoconstruido, autogestionado, cultural y ancestral, lo que llevó a la comunidad a apropiarse y dar valor a sus espacios simbólicos y comunes, atendiendo a las necesidades del momento. El proyecto se lleva a cabo en colaboración con los líderes comunitarios, la Fundación Corazón de Fénix y la Fundación Genval, donde cada actor y entidad contribuye con sus experiencias para fortalecer y desarrollar la ruta turística, promoviendo el progreso comunitario y el desarrollo territorial.

La ruta turística expone las dinámicas y la memoria de la comunidad, situada en la periferia urbana del municipio de Soacha, en la comuna 6, en las montañas orientales del municipio. Este territorio fue ancestralmente un asentamiento muisca y posee grandes herencias de esta cultura. Las viviendas autoconstruidas se encuentran entre las emblemáticas montañas conocidas como «las dos tetas», que albergan los miradores más importantes del municipio, incluida la piedra del pictograma del «dios sol varón», el símbolo más destacado de la cultura muisca.

Además del patrimonio ancestral, la comunidad cuenta con un patrimonio autoconstruido, que incluye espacios construidos colaborativamente y reconocidos como simbólicos. Entre ellos se encuentran instalaciones como Codo a Codo, Casa de la Juventud Fragmentos, El Ropero, La Ludoteca Comunitaria, El Comedor Comunitario, El Bosque de la Esperanza, La Cancha del Árbol del Amor, La Casa Cural, El Polifuncional, La Casa Cultural y Las Huertas Comunitarias. También hay un patrimonio autogestionado, que son espacios ocupados y utilizados por la comunidad de manera importante y simbólica, aunque no cuenten con la infraestructura adecuada. Entre estos se encuentran La Cancha La Muralla, La Cancha Las Fincas, Los Centros Comunitarios, Los Parques y Los Senderos. La ruta está diseñada para reconocer sus sistemas ambientales, económicos y culturales, destacando las unidades productivas de mujeres artesanas y emprendedoras, así como los grupos culturales y artísticos de los barrios.

La ruta turística consolida a los cuatro barrios en un circuito que los conecta y los integra en un mismo sistema de desarrollo territorial. Se propone urbanamente un sistema de los soportes informales, propuestos por el Arq David Gouveneur, que aprovecha la dinámica de la informalidad y propicia el desarrollo sostenible. Esto incluye corredores atractores y protectores, campos receptores y transformadores, y custodios. Esta propuesta permite determinar los equipamientos y espacios para transformar y reactivar, protegiendo la memoria del lugar y su riqueza natural.

En el proceso de la iniciativa, la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá se convierte en un importante aliado estratégico para fortalecer el diseño urbano y arquitectónico de la ruta turística, a través de procesos de participación ciudadana y académica. El laboratorio Fab Lab Arquitectura, Técnica, Experimentación y Comunidad, en colaboración con el taller electivo disciplinar Arquitectura y Desarrollo Social, liderado por el profesor Esteban Solarte, brinda un espacio para la reflexión de los estudiantes del programa de Arquitectura, acercándolos a comunidades que requieren sus conocimientos y habilidades. Esta colaboración facilita mesas de diálogo y propuestas con líderes comunitarios, donde los estudiantes aportan soluciones y respuestas a las necesidades de la comunidad.